** El profesor Pedro Durant, investigador fundador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes, dijo que desde 1967 hasta la presente fecha, la Facultad de Ciencias han permanecido al lado de los estudiantes, a quienes, además de dictarles clases, los llevan “al monte, para que aprendan algo de las plantas, los animales, la ecología y la biología”
La celebración del 45 aniversario de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes, en el mes de marzo, permitió la presencia de destacados investigadores, quienes como testigos de excepción de lo que fue su creación, dieron a conocer, a través de su testimonio, el trabajo previo a la apertura de los estudios en ciencias dentro de la mencionada casa de estudios superiores.
Tal es el caso del reconocido biólogo, Pedro Durant, profesor jubilado activo del Departamento de Biología, quien hizo una retrospectiva en relación con la creación de la Facultad de Ciencias e indicó que este aniversario es una oportunidad que le sirvió para reunirse con sus compañeros y recordar.
“El Liceo Libertador, que fue la primera institución en la que trabajé, junto a la Universidad de Los Andes, son algo muy especial en mi vida, porque con ellos dos me formé en mi profesión. Soy egresado en Biología y Química de la Universidad de Michigan, EE UU. Cuando concluí mi trabajo en el Liceo Libertador fui becado para Estados Unidos. Luego regresé y aquí trabajé por una maestría en Ciencias, mención Biología. Desde el año 1967 hasta la presente fecha, hemos estado con los estudiantes, dándole clases, sacándoles al monte para que ellos aprendan algo de las plantas, de los animales, de ecología y de biología”.
En torno al quehacer investigativo de la Facultad de Ciencias, el profesor Durant resaltó la importancia y la fortuna de haber estado en contacto con mucha gente interesada en la investigación científica. Como ejemplo citó al primer decano de esa facultad, el profesor Antonio Luis Cárdenas, cuyo campo era la geografía, quien la investigó y fusionó con la Educación Geográfica. Agregó que “similar actuación tuvo Alonso Gamero, biólogo, asesor del Centro de Ciencias y de la Facultad de Ciencias, cuyo mayor empeño fueron los estudios de los animales y de las plantas del monte, de ellos aprendí. Después vino a completar el grupo de asesores, Francisco De Venanzi, gran médico venezolano, creador de la investigación en endocrinología, él vino a ayudar a montar los laboratorios para la investigación, y luego sí, cada quien en su campo”.
El profesor Pedro Durant, está adscrito al Grupo de Ecología Animal del Departamento de Biología, y en ese sentido dijo ser un enérgico estudioso de los animales. “En este momento estamos estudiando culebras, especialmente las venenosas, ya que no están estudiando el veneno de estos animales ni desde el punto de vista biológico ni desde el punto de vista químico o farmacéutico. En Caracas están comenzando a estudiar los venenos de las culebras nuestras desde el punto de vista farmacéutico, pero no conocemos la biología de estos venenos, y sabemos que una gota de veneno de culebras mapanares o cascabeles, tiene infinidad de sustancias que son las que provocan los síntomas del envenenado. Por cada tipo de sustancias reacciona nuestra sangre y nuestro suero, las sustancias van neutralizando la sangre hasta destrozar los glóbulos rojos, esto no se conoce, por lo que estamos estudiándolo”.
La oportunidad también fue propicia para que el biólogo expresara sus palabras a los estudiantes y jóvenes profesionales de la Biología, a quienes recomendó aprovechar el tiempo en el trabajo creativo, pues considera que en la medida en que se esfuercen, en esa medida podrán estar seguros de su contribución con el desarrollo del país.
“De lo contrario seguimos siendo lo que hemos sido, dependientes, muy dependientes. Nos hace falta mucha libertad, mucha independencia, pero eso no los da el trabajo creativo, creo que no hay otra forma hasta ahora. Así sea a través de la música, el arte, la ciencia y la investigación, son actividades que liberan a las personas a través del estudio y el trabajo. El país tiene mucho de donde crear. Sus montes están desconocidos, así como sus ríos y montañas. No conocemos las sabanas. Los zanjones que describe Tamayo en 1936, cuando él estuvo por aquí, los farallones del Mucujún, eso necesita aún mucho estudio, no lo conocemos”. (Yasmira Carrasquero. CNP 12405. Prensa ULA)